La devaluación monetaria no solo no se detiene, sino que se acelera. Los ahorristas de todo el mundo buscan a la desesperada un activo para protegerse. En esta columna te contamos si ese activo es el Bitcoin.
La inflación no da tregua.
El pasado viernes, el Departamento de Trabajo de Estados Unidos publicó que en la primera economía del planeta la inflación batió un nuevo récord el pasado mes de mayo al alcanzar el 8,6% anual.
Las esperanzas de que la inflación disminuyera tras la leve caída de abril fueron disipadas por la dura realidad.
Fuente: TradingEconomics
El relato de que la inflación se moderaría una vez que los mercados de commodities se ajustaran a la invasión rusa de Ucrania está quedando invalidado por la evidencia de que la inflación no encuentra techo.
La razón está muy clara: tu dinero cada vez vale menos.
Mucho menos.
Esto es algo que los gobiernos y los grandes medios de comunicación no quieren abordar, prefieren culpar a agentes externos, como la Covid-19 primero y Vladimir Putin después.
Pero la realidad es tozuda y las pruebas apuntan, de manera inequívoca, a que los bancos centrales tienen parte de responsabilidad detrás de esta inflación. La razón fueron los millonarios estímulos monetarios que implementaron para contrarrestar la contracción económica que supuso la pandemia del coronavirus.
Fuente: Yardeni Research
Como puedes ver en el gráfico anterior, en apenas dos años los principales bancos centrales inyectaron más de 10 billones de dólares a la economía.
Esto era la mitad de los totales de 2019.
Cuando los bancos centrales inyectan nuevo dinero en el sistema, se produce la devaluación del dinero ya existente. Por ello, los sueldos y ahorros de millones de personas en todo el mundo sufrieron una masiva devaluación, que se traduce en una mayor inflación.
Esto sucede porque un coche o una barra de pan serán lo mismo hoy, mañana, o dentro de un mes. Pero al bajar el denominador, que es el valor de cada dólar en el sistema, su precio sube.
El resultado es que los inversores que guardan sus ahorros en el banco son más pobres cada día que pasa . De ahí que millones de inversores en todo el continente estén buscando formas de evitar esta imparable devaluación monetaria.
Durante miles de años, el oro fue considerado como el activo refugio frente a las devaluaciones monetarias gracias a sus propiedades:
– Escasez: la cantidad de oro existente es limitada y su extracción de la tierra es costosa.
– Incorruptibilidad: el oro es uno de los pocos metales que no se oxida y que resiste el paso del tiempo sin corromperse
– Maleabilidad: el oro es divisible, lo que favorece su estatus como medio de intercambio y de almacenamiento de la riqueza.
Sin embargo, pasar nuestros ahorros a oro físico es costoso y presenta inconvenientes como el almacenamiento.
Por otro lado, en los últimos años los ETFs sobre oro han ganado popularidad, ya que permiten ganar exposición al precio del oro a muy bajo coste.
Sin embargo, cuando en el pasado la situación se volvió desesperada, los gobernantes no dudaron en confiscar todo el oro que pudieron, por lo que en una verdadera situación de emergencia esta alternativa no nos protegería.
¿Existe un activo que presente las propiedades del oro sin sufrir sus inconvenientes como la dificultad de almacenarlo o los altos costes de conversión y transacción?
En los últimos años muchos se han referido a bitcoin [BTC] como el “oro digital”. Esto, argumentan, es así porque la emisión de bitcoins está limitada a 21 millones de unidades por un protocolo no modificable. De esta manera, la escasez de bitcoin sería incluso mayor que la del oro, porque este seguirá siendo extraíble de la tierra mientras sea económicamente viable.
Pero, ¿podemos considerar al bitcoin un activo refugio frente a las devaluaciones, como lo ha sido el oro durante miles de años?
Para afirmar esto, tendríamos que alegar que la evolución de bitcoin presenta una correlación inversa a las tasas de Interés Real (IR = interés nominal – inflación).
Cuando estas tasas reales son negativas es cuando se produce la devaluación de nuestros sueldos y ahorros. Pero en realidad, bitcoin está correlacionado con los activos de riesgo, como las acciones tecnológicas.
Si te fijas en el siguiente gráfico con la correlación a 90 días del Bitcoin con el Nasdaq 100, índice bursátil con las principales acciones tecnológicas de Estados Unidos, puedes ver como esta correlación ha sido cada vez mayor y actualmente se sitúa en 0,63.
Fuente: Arthur Hayes
Lo que la evidencia nos demuestra es que bitcoin no funciona cómo un activo para protegernos frente la devaluación monetaria . Al contrario, es un activo especialmente expuesto al deterioro de los mercados financieros.
Por tanto, si quieres incorporar bitcoin a nuestra cartera, tendrás que hacerlo como una apuesta especulativa y no como un elemento de protección de nuestro patrimonio en un contexto de represión financiera por parte de los bancos centrales.
En este sentido, te invito a leer la columna que publiqué el 24 de febrero de este año en Cripto en tu Idioma, Tres categorías de activos para tu cartera , donde te conté las diferentes opciones de inversión cripto que puedes elegir para diversificar el riesgo de tu cartera.
Mientras tanto, la situación de los mercados financieros globales continúa siendo delicada y las perspectivas de corto plazo, negativas.
Bitcoin alcanzó un precio que la mayoría pensaba que no iba a visitar nuevamente, los USD 22.000 (apenas 10% por encima del máximo histórico que marcó entre 2017 y 2020).
¿Es el fin de bitcoin y las criptomonedas? Difícilmente. Ya se ha enterrado a bitcoin demasiadas veces antes como para no sentir una “alarma” a la hora de decirlo nuevamente.
Definitivamente, no deberías sumar bitcoin como respuesta a la inflación monetaria a corto plazo, ya que, como puedes ver por sus precios, no es lo que los operadores están esperando ni “imprimiendo” en la moneda.
Sin embargo, es en estos contextos en el que las mejores oportunidades quedan flotando para que, quienes saben navegar las tormentas, puedan aprovecharlas.
Saludos cordiales.
Alberto Redondo
Para Cripto en tu Idioma
